Por la defensa de nuestros pueblos y la ganadería extensiva

Recientemente, el 22 de agosto cumplimos un año de la histórica movilización celebrada en Aínsa bajo el eslogan “Por la defensa de nuestros pueblos y la ganadería extensiva” e impulsada por la Plataforma Transpirenaica de Ganaderos del Pirineo. Miles de personas nos acompañaron en defensa de una ganadería extensiva sostenible y viable ante la presencia del oso en nuestros valles. La plataforma, impulsada por UAGN, Asaja Aragón y Asaja Lleida, agrupa a más de setenta colectivos de ambos lados del Pirineo.
La Plataforma se creó para afrontar desde el sector la reintroducción de especies depredadoras y para sensibilizar a la ciudadanía sobre la aportación medioambiental, social y económica de los ganaderos y agricultores que trabajan en el Pirineo y dignificar su profesión. Y hoy, un año después y en plena pandemia, se ha podido demostrar el papel fundamental del sector agrario así como el valor multifuncional de los ganaderos con el medio ambiente, el empleo y la producción de carne de calidad y segura en nuestro entorno.
Se nos ha impuesto la convivencia con una especie como el oso, y en breve, el lobo, en nuestras tierras que atacan al ganado, principalmente ovejas. Nuestra denuncia ante las Administraciones es que prioricen la pervivencia del ganadero ante la amenaza que supone estos depredadores y que se propongan alternativas ante la Unión Europea en base al impacto socioeconómico en los valles. Una vez más incidimos en que la convivencia de la ganadería extensiva y los depredadores es imposible: una zorra no puede convivir con las gallinas en un gallinero, y lo mismo ocurre con oso y lobo con la ganadería extensiva. La cercanía del oso y el lobo a vacas y ovejas tiene como único resultado la muerte del ganado, y también del ganadero por cuanto éste ya no es dueño de su tiempo, de su organización, ni de sus horas de sueño. Es un atentado en toda regla a los hábitos y costumbres de la ganadería extensiva.
Demandamos solicitar su devolución a sus tierras de origen y, mientras perdure la actual situación de agresión a la ganadería extensiva, pedimos sistemas de gestión efectivos que permitan a los ganaderos estar prevenidos ante la presencia del oso. Así mismo, que se faciliten las indemnizaciones de forma ágil y que se valore ante la sociedad la aportación social y económica de la actividad ganadera.
En este sentido, hemos trabajado para que la Administración tenga a los ganaderos como personas prioritarias en nuestra tierra, donde sean partícipes de las decisiones políticas y por tanto se nos reconozca como agentes decisivos en la preservación de nuestra actividad económica, frente a la reintroducción de especies agresivas como el lobo o el oso.
Sin embargo, un año después, apenas ha habido avances, más allá de los puramente estéticos. Con la excusa del cumplimiento de las Directivas, se da cobertura a la reintroducción del oso, y al que se han aplicado una serie de medidas que producen descontento por su incongruencia e insuficiencia entre los ganaderos y que no han servido para solucionar sus problemas, aumentando así la desmotivación entre el sector. En concreto, llama mucho la atención el mal funcionamiento del sistema de avisos, que no informa de forma preventiva al ganadero de la presencia del oso en las inmediaciones y por tanto le imposibilita para tomar medidas y poder proteger al ganado. El sistema de geolocalización no aporta la información debida y por tanto no ayuda al ganadero. Así mismo la descoordinación entre comunidades autónomas aumenta la sensación de abandono del sector. Otras medidas paliativas como las indemnizaciones, a pesar de su dotación económica, son una solución pésima, ya que no reducen el desánimo y además implican dificultades en la tramitación por las dudas que a veces surgen en la Administración para que un ataque de oso sea reconocido como tal.
En definitiva, reclamamos un reconocimiento a la actividad multifuncional de la ganadería en nuestros valles y por tanto, la solución a estos problemas que nos demuestran una vez más que debemos seguir luchando por conseguir que haya un cambio real en el trato para con la ganadería extensiva.