Parte II. El mundo agrario tiene un nuevo problema a combatir: las “fake news”
La tecnología hace posible la inmediatez de los contenidos que se transmiten, lo que nos permite saber al instante lo que sucede en el mundo, pero esa información puede ser tergiversada y manipulada.
Las cifras hablan por sí solas: en el mundo hay 7.500 millones de habitantes, de los cuales 3.700 utilizan Internet y 2.400 son usuarios activos de las redes sociales. De los 2.400 millones de usuarios activos de las redes sociales, el 70% de las noticias que comparten son falsas. El poder de esta forma de comunicación es tan grande que los expertos apuntan que algunos máximos mandatarios propagan varías mentiras diarias como estrategia de Poder. Es un hecho que las decisiones políticas están en muchas ocasiones directamente relacionadas con estos movimientos de intoxicación virtual.
Así, cualquier opinión vagamente fundamentada, incluso manipulada intencionadamente con fines no muy claros, puede erigirse en “Principio” y estas distorsiones que se producen afectan gravemente al rigor científico. Es muy preocupante que la unanimidad de los comités científicos sobre cualquier cuestión que afecta directamente a la agricultura y ganadería no sirva para nada y, en cambio, sean las “sensaciones” más peregrinas, sin ningún rigor científico ni soporte ético o moral, las que extiendan las pautas a seguir por la sociedad y los movimientos políticos.
En una de nuestras editoriales, “El precio de la decencia”, nos preguntábamos: “¿No sería razonable extender mecanismos reales para evitar que toda virtualidad intoxique lo más sagrado que es la alimentación”? A día de hoy esa pregunta no ha sido respondida; parece que no interesa demasiado hacerlo. En los principios de la Agricultura prevalece lo que permanece, esto es la RAÍZ. En estos nuevos movimientos prevalece lo efímero, lo que se ve rápido y rápido muere: las ramas y las hojas.
Hace unos meses, el diario “Expansión” recogía las manifestaciones del Presidente de Telefónica Álvarez- Pallete: "Las fake news -noticias falseadas- viajan más rápido que la verdad". El presidente de Telefónica reivindicó el humanismo y la aplicación de los valores del bienestar que fraguó Europa que, en su opinión,” van a ser fundamentales para controlar un entorno tecnológico que precisa de una constitución digital para un nuevo mundo". Según Álvarez-Pallete, estamos asistiendo a la “mayor transformación tecnológica de la historia, con teléfonos inteligentes en el bolsillo de los ciudadanos que tienen una capacidad de procesamiento mayor que los ordenadores utilizados por la NASA en 1969 para llegar a la Luna”.
Recientemente, un equipo de investigadores del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) ha podido confirmar científicamente que las noticias falsas se extienden mucho más rápido que las verdaderas o reales. La falsedad se difunde significativamente más lejos, más rápido, más profunda y más ampliamente que la verdad en todas las categorías de información.
El mundo agrario tiene un nuevo problema a combatir: las “fake news”. Como ejemplo de la gravedad de este problema recordemos la conocida como “crisis del pepino” del año 2011, que surgió cuando las autoridades alemanas apuntaron a los pepinos españoles como los causantes de un brote de E. Coli que había ocasionado decenas de muertes.
Esta información conllevó el cierre inmediato de fronteras a varios productos hortofrutícolas españoles en Alemania y otros países como Bélgica, República Checa y Rusia, lo que produjo la ruina de miles de agricultores españoles. Posteriormente, se comprobó que la acusación era falsa pero el mal ya estaba hecho. Han tenido que pasar 6 años para que un Tribunal de Hamburgo obligue al Gobierno alemán a pagar una indemnización a dos distribuidoras españolas.
En esta época de confusión, llamada por algunos de la “posverdad”, en la que se elaboran mensajes falsos para dirigirlos a un público concreto y apelar a sus emociones, creencias o deseos, ASAJA seguirá denunciando en sus editoriales todo grado de contaminación informativa, como ha venido haciendo hasta ahora.
No nos sirven las declaraciones políticas o sociales de buenas intenciones con el medioambiente, el territorio, la despoblación, el Medio Rural, la ganadería extensiva, el suelo, el agua o el aire, si estas declaraciones vienen también contaminadas con mentiras y, lo que es peor, se hace de manera intencionada para conseguir unos propósitos determinados.
INDEPENDENCIA, PROFESIONALIDAD Y TRANSPARENCIA
Desde ASAJA vamos a luchar contra ello de la mejor forma posible: comunicando y denunciando con independencia, profesionalidad y transparencia, como siempre hemos hecho, pero para ello necesitamos vuestra colaboración activa.
En esta era digitalizada, es muy importante nuestra presencia en las redes sociales para desmontar con nuestro testimonio veraz las mentiras que circulan por la red y la envenenan.